CHAINMEN. A mi manera, sin cadena y con pedal

Burro con complejo de perro pastor / arboles luchando en Peñas Blancas / Cima del Akatxa

Estoy en su portillo y me dispongo a ascender los veinte metros de desnivel que tiene con la cumbre. ¡Tiene pelendengues la cosa!, ¿No te jode que me estoy emocionando? Quien lo diría, después de algún centenar de cumbres de alta montaña y algun millar de cumbres varias, va esta mínima cumbre y me hace tilin. Nunca se sabe
La cumbre muy coqueta, tiene unos robles y encinas chaparras y su consabido buzón entre piedras. hace gracia mirar hacia el Eretza o cualquier otro monte de la Sierra Sasiburu y verlos casi «altos», pero si miras al valle del Cadagua tienes la sensación de estar en una verdadera cumbre la sientes airosa

Quiero quedarme a comer, pero no aguanto mucho, algo me empuja a marcharme
Bajo al collado, me quito la mochila, doy una vuelta, pero tampoco me encuentro a gusto
Sin comer, comienzo a ascender al Apuko, voy cogiendo altura, en un «stopito» vuelvo la vista atras me gusta lo que veo y me paro a «jalipar»
Saco las viandas, un codillo de jamón, un buen pan, una navaja y de vez en cuando, chupaditas al «Camelback» (agua) la comida de marcha se queda en el fondo sin sacar, en otra ocasión sera. La edad da licencia para estas cosas y otras mas, yo conocí al famoso montañero Andres Espinosa en su vejez, yendo al monte, chulo, chulo, vestido con un traje de «mil rayas» sin darse importancia, ni naaa

Mientras estoy comiendo, paseo la corta vista que poseo por el lugar ¡Hombre! ahora me doy cuenta por que algo me impulsaba a alejarme de su cima y su lugar. Vislumbro o, creo vislumbrar, el trazado de antiguas trincheras alrededor de la cumbre y un puesto de mando en su collado. Me encorajina pensar que en nuestras montañas, donde tanto puedo disfrutar, en otro maldito tiempo otros muchos, sufrieron en el mismo lugar ¡ Malditas guerras !